Ya conocemos de sobra los beneficios de tener una mascota en casa. Pero no siempre podemos hacernos cargo de una de las preferidas de los niños, los perros. Un gato puede ser una alternativa aunque hay otros animales de compañía que se adaptan muy bien a la vida de hogar y se convertirán en el perfecto compañero de grandes y pequeños.
Es el caso de los conejos, pequeños peludos fácilmente adiestrables, que requieren pocos cuidados, pero los suficientes para que nuestros hijos adquieran la responsabilidad de atender a una mascota: comida (que suele consistir en heno, piensos con proteínas, verduras y alguna fruta), ejercicio (preferiblemente, fuera de la jaula en un entorno controlado), cepillado, limpiarles -pero no bañarles- si se ensucian y mimos.
Existen muchas razas de conejo. Las 'enanas' suelen ser las preferidas, puesto que no llegan a superar los 3 kg de peso y, además, han sido concebidas para adaptarse a la vida en familia.
Conejo de angora
Esta raza de conejo es perfecta para vivir en casa. Pero es importante saber que no puede vivir en cualquier condición. No soporta las temperaturas altas, superiores a 30 ºC ni más bajas de 10ºC. Hay que cepillarlo a diario y dejar que haga ejercicio.
Conejo californiano
Se trata de una raza de conejo enano perfecto para estar en casa y vivir con niños. Los ejemplares son cariñosos y tranquilos, por lo que se adaptarán a la perfección en el hogar.
Conejo holandés
Es una raza de conejo ideal como mascota por su carácter dulce y su docilidad. Los cuidados que requiere son los básicos: dieta basada en vegetales (heno fresco o seco) y verduras. En cuanto al ejercicio, es importante que salga de la jaula para que pueda tener su dosis de actividad.
Belier holandés o holland lop
Se trata de una raza adorable, muy querida por los más pequeños de la casa y muy fácil de cuidar. Son muy curiosos y les encanta interactuar, por lo que es importante que pasen tiempo fuera de la jaula en compañía de los demás miembros del hogar.
Jersey wooly
Este pequeñín es una de las razas de conejo enanos más apreciadas. Son animales muy dóciles y, por tanto, excelentes mascotas. Su pelo no es tan difícil de cuidar como el de los de angora pero sí necesita cepillados. No requieren grandes espacios aunque necesitan salir de la jaula para ejercitarse.
Cabeza de león
Este adorable 'cabeza de león' es una de las razas de conejo más curiosas en cuanto a su físico debido a su peculiar melena de la cabeza. En cuanto a su temperamento, es ideal para vivir en casa, ya que es muy cariñoso con los que le cuidan. Necesita que se le cepille el pelo para evitar que se le hagan nudos y su alimentación es la típica de los conejos: heno, verduras y alguna fruta como premio.
Mini Lop
Se trata de una raza de conejos muy popular entre los amantes de estas mascotas. A pesar de que no es un animal doméstico muy activo, sí necesita hacer ejercicio y será feliz si tiene espacio para poner en forma sus patitas fuera de la jaula. Es perfecto para casas con niños pero hay que enseñar a estos cómo manejarles, ya que como otras razas son animales delicados a los que no hay que 'achuchar' en exceso.
Conejo común europeo
Su hábitat natural es el aire libre (bosques, praderas, parques...). Sin embargo, puedes tenerlo también como mascota. Asegúrate de proporcionarle todos los cuidados en cuanto a alimentación, ejercicio y mimos. Los conejos son animales muy sociables, gregarios y cariñosos, por lo que necesitan atención.
Los conejos son animalitos muy simpáticos que pueden convertirse en la mascota ideal para cuidarla y disfrutar de su compañía. Si estás pensando en adquirir un conejo como mascota, debes plantearte una serie de cosas con antelación para dar con el animal perfecto para ti. En este artículo de unComo te ayudamos con una pequeña guía sobre cómo elegir un conejo como mascota.
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Antes de elegir un conejo como mascota debes saber que existen muchísimas razas de conejos. Hay conejos más tranquilos, nerviosos, cariñosos, autosuficientes, temperamentales, etc. por lo que es necesario consultar a un experto para escoger el animal según tus preferencias.
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El tamaño es otro factor a tener en cuenta a la hora de adquirir un conejo como mascota. Según el espacio del que dispongas en tu vivienda podrás determinar si son mejores las razas pequeñas o las más grandes. También es importante tener claro dónde va a vivir el conejo, si en una jaula dentro de casa, en el jardín o en el balcón, ya que, por ejemplo, los conejos grandes pueden estar sueltos, pues no son tan vulnerables como los pequeños.
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¿Qué elijo macho o hembra? Ésta es una pregunta muy frecuente en el momento de elegir un conejo como mascota. La realidad es que cuando son demasiado jóvenes, a veces es complicado distinguir si se trata de un conejo macho o hembra puesto que las diferencias son muy leves. A medida que crecen, las diferencias son más evidentes.
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En este sentido, lo único que debes tomar en cuenta es que en los conejos machos se puede evitar la esterilización, aunque todos los conejos maduros operados suelen ser más calmados y cariñosos. Pero en el caso de que queramos evitar que nuestra mascota críe, siempre es recomendable castrar a las hembras puesto que son más propensas a sufrir enfermedades y desarrollar comportamientos destructivos.
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El tiempo del que dispongas para atender a tu conejo es algo que también debes tener presente si vas a adquirir uno como mascota. Hay ciertas razas como es el caso del conejo angora ingles que cuenta con una gran cantidad de pelo que requiere un cuidado constante, necesitan un cepillado regular y un corte de pelo en verano para poder soportar el calor.
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Por último, si queremos tener un animal sano y fuerte es fundamental comprobar algunos detalles del aspecto de un conejo antes de elegirlo como mascota.
Comprueba que el conejo no sea ni demasiado gordo ni flaco, que las partes de su cuerpo no estén hinchadas y que no tenga ninguna lesión.
El pelaje del conejo debe ser uniforme, no deben existir zonas sin pelo ni manchas en la piel.
Los oídos del animal deben tener un color rosado y no estar lastimados.
Los ojos del conejo deben ser brillantes y sin legañas.
Mira también que los dientes estén limpios y bien alineados.
Los conejos son mamíferos pertenecientes la familia Leporidae del orden Lagomorpha. Los conejos comunes que observamos en casas y granjas son razas descendientes de la especies Oryctolagus cuniculus. El comportamiento de los conejos, tanto domésticos como salvajes, es muy similar; al ser animales de presa, suelen permanecer alertas ante cualquier situación.
Comportamiento de los conejos a nivel social
Los conejos tienen un comportamiento muy sociable, en la naturaleza se pueden establecer grupos de más de 50 conejos en una madriguera, sin embargo, dentro de la misma se pueden establecer subgrupos de entre 2 y 10 individuos relacionados. Al ser animales gregarios, es común el establecimiento de dominancia por parte de los individuos.
Los conejos mantienen dominancia en jerarquías intersexuales, es decir, los machos protegen activamente a su grupo de hembras ante la presencia de otros machos, a menudo pueden existir peleas prolongadas para reafirmar o quitarle el dominio a determinado macho. Por otro lado, las hembras defienden a sus crías y madriguera de cualquier invasor.
En el comportamiento de los conejos, ambos sexos muestran agresividad a la hora de defender recursos y el territorio. En condiciones de cautiverio son menos territoriales y generalmente dedican la mayoría del tiempo en pastar, descansar, acicalarse, tomar sol y acurrucarse unos con otros.
Debido a que son animales activos, el mantenerlos en jaulas puede perjudicar su salud en gran medida. Debido a esto, siempre se recomienda mantener más de un individuo para favorecer las actividades de juego e interacción entre individuos.
Comunicación y lenguaje corporal de los conejos
En la naturaleza el comportamiento de los conejos suele ser muy temeroso y sigiloso, pues constituyen animales de presa para una vasta gama de depredadores entre los cuales se incluyen aves rapaces, mamíferos carnívoros y reptiles grandes. Debido a esto último, desarrollaron un sistema de comunicación basado en lenguaje corporal, mediante movimientos y posturas, pues el sonido suele atraer demasiado la atención.
Cuando los conejos se sienten amenazados y temerosos, suelen pararse sobre sus patas traseras y elevar el cuerpo para comunicar a los demás sobre un posible peligro. Por otro lado, los conejos suelen acicalarse y mostrar afecto mediante otras formas de lenguaje corporal, como mordisqueos suaves y correteos cortos acompañados de saltos.
La comunicación química también comprende un importante papel en la vida social de estos animales. Este tipo de comunicación se da a través de olores provenientes de diversas fuentes como las glándulas anales y submandibulares. Generalmente, el comportamiento de los conejos en la comunicación química,
comprende el marcaje con orina y heces duras que son cubiertas con secreciones anales. Estas secreciones son dejadas en superficies que sirven como centros de comunicación entre individuos y se conocen como letrinas.
Otras superficies que no son marcadas con orina y secreciones anales como la entrada a las madrigueras y otros espacios comunes, suelen ser marcadas mediante el frotamiento del mentón. Este comportamiento consiste en frotar ambos lados del rostro, el mentón y el hocico sobre las superficies que desean marcar, donde dejan una combinación de secreciones de las glándulas submandibulares, glándulas inguinales y glándulas ecrinas ubicadas en sus hocicos.
Mediante este método de comunicación, los conejos son capaces de anunciar desde su estatus social y jerárquico en el grupo, hasta su estado de salud y la fase reproductiva en la que se encuentran. El sistema olfativo de los conejos es muy importante para la comunicación. Los recién nacidos, por ejemplo, son capaces de reconocer olores específicos de sus madres, asociados al amamantamiento.
Algunos comportamientos de los conejos y parámetros relacionados con la reproducción, como la temporada reproductiva, proporción de hembras preñadas, edad de la primera reproducción y tamaño de las camadas, muestran una variación espacial y temporal, es decir, que varían de acuerdo a la localidad de los conejos y época del año.
En general, los conejos alcanzan la madurez sexual alrededor de los 3 a 4 meses de edad y el período de gestación tiene una duración de entre 28 y 31 días. Algunas hembras de conejos tienen la posibilidad de ser fecundadas inmediatamente después de haber dado a luz a una camada, lo que se conoce como “estro post parto”. A pesar de que los conejos pueden reproducirse básicamente durante todo el año, se han establecido períodos reproductivos, en los cuales, una proporción mayor del 10% de las hembras totales de la población, se encuentran en período de gestación.
Algunas poblaciones de conejos de la especie Oryctolagus cuniculus tienden a reproducirse en meses que presentan mayor fotoperiodo, es decir, más horas de luz al día. Esto se asocia a su vez a otros factores ambientales como la temperatura y disponibilidad de alimento. En algunas localidades como la península ibérica y el centro de Chile, los conejos presentan un periodo reproductivo marcado en los meses de invierno y primavera, mientras que en Suecia y la región subalpina de Australia, la temporada reproductiva ocurre en los meses de verano. Por otro lado, el conejo pigmeo Brachylagus idahoensis tiene un periodo reproductivo que abarca desde la última semana de febrero hasta la tercera semana de junio.
Comportamiento de los conejos en celo
En las colonias de conejos salvajes, los machos tienen una jerarquía establecida, en la cual, los machos dominantes son los primeros en reproducirse. Algunos comportamientos de los conejos dominantes, consisten en perseguir y orinar sobre los machos de menor rango, con el fin de intimidarlos.
Los machos reproductivos suelen rodear a las hembras y olfatearlas de manera insistente, también realizan algunos mordisqueos, como una forma de cortejo. En algunos casos, las hembras pueden rechazar a los machos y toman una postura defensiva y un comportamiento agresivo contra el mismo. Esto ocurre, sobretodo, si la hembra se encuentra en estado de gestación o no se encuentra en celo.
Las hembras en celo suelen olfatear la zona perianal de los machos para conocer su estado reproductivo e incluso llegan a montarlos. Una vez que aceptan al macho, estos realizan cortas persecuciones y copulaciones breves con las hembras, las cuales pueden reproducirse con varios machos distintos.
Comportamiento de los conejos en celo
En las colonias de conejos salvajes, los machos tienen una jerarquía establecida, en la cual, los machos dominantes son los primeros en reproducirse. Algunos comportamientos de los conejos dominantes, consisten en perseguir y orinar sobre los machos de menor rango, con el fin de intimidarlos.
Los machos reproductivos suelen rodear a las hembras y olfatearlas de manera insistente, también realizan algunos mordisqueos, como una forma de cortejo. En algunos casos, las hembras pueden rechazar a los machos y toman una postura defensiva y un comportamiento agresivo contra el mismo. Esto ocurre, sobretodo, si la hembra se encuentra en estado de gestación o no se encuentra en celo.
Las hembras en celo suelen olfatear la zona perianal de los machos para conocer su estado reproductivo e incluso llegan a montarlos. Una vez que aceptan al macho, estos realizan cortas persecuciones y copulaciones breves con las hembras, las cuales pueden reproducirse con varios machos distintos.
Los conejos presentan dos pares de incisivos que crecen de forma continua, por lo que estos animales deben desgastar dichos dientes mediante actividades de masticación. Estos animales, al igual que los roedores, requieren de ciertos materiales como gramíneas o troncos para masticar y desgastar sus incisivos. En caso de no proveer los materiales adecuados en animales domésticos, estos serían capaces de dañar diferentes superficies y objetos como mesas, zapatos, muebles, e incluso electrodomésticos y cableado eléctrico. Este comportamiento de los conejos requiere de una adecuada atención para evitar que generen daños en distintos objetos y que puedan sufrir algún problema físico.
Comportamiento de los conejos como mascotas
En algunas ocasiones, los conejos domésticos pueden mostrarse agresivos con otros individuos de la misma especie o de especies distintas, sobre todo si se trata de machos en edad reproductiva. En estos casos, el comportamiento de los conejos domésticos sobre otros animales o sus criadores, incluyen esparcir orín sobre ellos o sobre algunos objetos y mordisquear y perseguir a los demás. En estos casos se recomienda castrar a los machos si no se van a destinar a animales reproductivos, para evitar comportamientos relacionados con la territorialidad y dominancia en los conejos.
Los conejos, al ser animales sociables, pueden responder de forma positiva a estímulos e interacciones agradables de parte de sus compañeros, es común por ejemplo, que los conejos rodeen a sus criadores y los laman como una respuesta positiva y para comunicar que se sienten seguros y a gusto. En ocasiones, cuando algún conejo doméstico se muestra temeroso o agresivo, puede ser expuesto progresivamente a estímulos positivos en repetidas ocasiones, y eventualmente el animal será capaz de establecer un vínculo con sus criadores. Los conejos, además, son animales enérgicos que suelen brincar y corretear por los espacios, como una forma de entretenimiento y para expresar agrado.