Existen muchas razas de caballos, pero no todas son las más recomendadas para la hípica. En este aspecto, una de las características que se deben tomar en consideración es el carácter del animal. Es importante que el temperamento del animal sea compatible con el jinete y que haya un entendimiento y conexión especial entre ambos.
Si el jinete no es experimentado, es posible que tenga un poco de miedo o temor. Ante esta situación, es importante escoger razas de caballos que sean más dóciles. La paciencia es clave es ese proceso de entendimiento y aprendizaje mutuo.
Otro aspecto de vital importancia es la salud y edad del caballo. No se debe escoger un caballo que tenga problemas de salud o que sea muy viejo, ya que su energía, evidentemente, no será la misma que la de un caballo en plena juventud. Es importante que el caballo no tenga ningún otro problema en las patas y demás partes de su cuerpo.
Tal y como se comentó anteriormente, una de las mejores razas de caballos para la hípica son los conocidos como sangre templada o warmblood. Este caballo de origen europeo es el gran ganador en concursos, competencias y certámenes. Hay diferentes razas de warmblood, pero todos se caracterizan por ser fuertes y muy ágiles.
Para elegir al caballos adecuado es necesario observarlo desde las distintas perspectivas, de frente, a ambos costados, atrás y sobre todo en movimiento.
Es indudable que el éxito dependerá de diversos factores:
La raza: Se escogerá dependiendo de la actividad a la que lo queramos destinar. La raza determina, un carácter, una aptitud y un comportamiento determinados. Así que dependiendo de lo que queramos de él, nos decantaremos por una u otra raza.
Sexo: Tenemos la opción de escoger hembra o macho, si es esta última opción cabe la posibilidad de que esté entero y castrado. El macho entero resalta porque requiere de un manejo experimentado a la hora de montarlo. En cuanto al castrado, tiene un carácter más estable y es más tranquilo.
Edad: Si buscas una caballo confiado y tranquilo, decántate por uno a partir de 8-10 años. Otra opción, si no tienes prisa, es comprar un potro y llevarlo a un buen profesional que te lo adiestre, y así poder seguir su evolución e incluso participar en ella.
Aptitud: Sobre todo si se va a realizar un trabajo o deporte es necesario comprobar sus aptitudes. Puede ser un hermoso ejemplar, pero debe mostrar la capacidad para cumplir con el fin que se quiere llevar a cabo con él.
Antecedentes: Si estamos adquiriendo un animal de pedigrí, es recomendable analizar sus antepasados y parientes. Si el caballo tiene ya una edad, se evaluará también la descendencia y características de sus hijos. Así como realizar un estudio familiar de genética, como pueden ser defectos hereditarios, anomalías, etc.
Conformación: Consiste en la observación de las diferentes partes que constituyen su cuerpo, basándose en la simetría, forma y el tamaño normal de las distintas partes anatómicas. El caballo que posee una correcta conformación, quiere decir que tiene un aspecto de equilibrio, fuerza, energía y resistencia, que se verá reflejado en sus movimientos.
Recomendamos la revisión de un veterinario para descartar lesiones, o incluso graves defectos de conformación que pueden afectar de forma negativa su rendimiento, produciendo limitaciones físicas o la imposibilidad de poder montarlo.
Considera lo siguiente antes de elegir un caballo.
¿Tienes suficiente dinero y tiempo para un caballo? Los caballos son una inversión seria.
¿Tienes tiempo para cuidar a tu caballo?
¿Tienes un lugar donde tu caballo pueda vivir (como un establo) o un lugar donde se pueda hospedar?
¿Por qué quieres un caballo (competencia o placer)? ¿Es una buena razón?
¿Estás listo para el compromiso? Los caballos pueden vivir bastante tiempo: más de 20 años.
¿Tienes los suministros necesarios? Necesitarás muchas cosas para cuidar y montar a tu caballo, incluyendo arreos, artículos de limpieza y alimento.
¿Tienes contactos? Todos los caballos necesitan un buen herrero y un buen veterinario. En algunos casos también necesitan un buen entrenador. Tener sus números de teléfono por adelantado puede salvar la vida de tu caballo en una emergencia.
Decide si quieres un caballo o un poni. Algunas personas piensan que un poni es un caballo bebé, pero eso no es verdad. Los ponis son parecidos a los caballos con la excepción que son generalmente más pequeños. A pesar de que los ponis son más pequeños que los caballos, pueden ser mucho más tercos y a veces es mejor elegir un caballo que tenga un buen temperamento, a elegir un poni solo por su tamaño. La diferencia entre un caballo y un poni es el tamaño. Los ponis tiene menos de 1,5 metros (14,2 manos) a la altura de la cruz, mientras que los caballos tienen más de 1,5 metros (14,2 manos).
Decídete por una raza específica para el caballo que te gustaría tener. Algunas razas incluyen al valiente y vivaz purasangre o un gigante gentil como el caballo Belga o el Clydesdale. Sea cual sea la raza, asegúrate de investigarla para saber si realmente es la que quieres.
Ten una mente abierta sobre el color del caballo versus su comportamiento. Quizá te encuentres un caballo que tenga la raza y el color que quieres, pero si el caballo no tiene un comportamiento adecuado, quizá te arrepientas de esa elección. Si te llevas a casa un caballo que tiene un temperamento excelente, lo más probable es que no te arrepientas de tu elección, incluso si no es de tu color o raza favoritos.
No obstante, no compres un caballo si no estás seguro sobre su raza o su color. A pesar de que no debes comprar un caballo porque se ve bien, tampoco debes comprarlo si honestamente no te gusta cómo es. Si vas a comprar un caballo, debes tomarte el tiempo para buscar el semental perfecto en lugar de conformarte con uno que no te gusta.
Piensa en el futuro. Pregúntate: "¿Si elijo este caballo y lo llevo a casa, me sentiré realmente feliz y podré amarlo? ¿Podré recordar este momento en los próximos años y saber que tomé la mejor decisión?". Si la respuesta es no, entonces no compres al caballo.
Conoce al caballo que piensas comprar y pasa tiempo con él en su hogar actual. Míralo en la mayoría de ambientes que puedas, como en su casilla, en el campo y afuera. También haz todo lo que normalmente harías con él en casa, como bañarlo, arrearlo y montarlo.
Mira su apariencia física. Asegúrate de que sea saludable y tenga buena forma física. Presta atención especial a sus patas y su cara, especialmente a sus ojos, nariz, orejas y hocico. Si algo se ve mal, pregúntale al dueño. Si no sabe, pídele a un veterinario que lo examine.
Asegúrate de que esté calmado en todo momento. Si está nervioso en casa, mientras todo le es familiar, considera si el miedo extra que va a tener en un ambiente extraño cuando te lo lleves sea algo que puedas controlar.
Trata de conocer su personalidad. Tener un caballo inteligente y amable será mucho más divertido que tener un caballo hermoso pero malo o espeluznante.
Ten cuidado con los vicios. ¿Patea a otros caballos? Considera cuidadosamente si puedes controlar cada uno de sus hábitos antes de gastar tu dinero y poner tu seguridad en juego.
El caballo es un "mamífero perisodáctilo domesticado" de la familia de los équidos. es un herbívoro de gran paso, cuello ancho y arqueado cubierto de pelo largo.
Un caballo hembra se llama yegua, y los jóvenes son potros cuando se trata de machos, y potras cuando se trata de hembras.
Los caballos son presas de las plagas, de ahí proviene su instinto de escape. Sin embargo, si ven que no pueden escapar, no dudarán en enfrentar el peligro.
La mayoría de las razas se caracterizan por su velocidad, agilidad y robustez. Los caballos son extremadamente animales sociable, capaz de establecer vínculos con hombres y otros animales.
Debemos retroceder 55 millones de años atrás hasta el momento en que el eohippus, el antepasado del caballo, vivido en América del Norte. Era un pequeño mamífero herbívoro que vivió en tiempos del Eoceno y del que descienden todos los caballos. Él era talla pequeña, entre 20 y 40 cm de altura, con 4 dedos en las patas delanteras y 3 en las patas traseras.
Por su tamaño y forma, parecía un perro pero en evolucionando, su estatura ha crecido considerablemente sus dedos se convirtieron en mono dáctilos, es decir con un dedo.
Los dedos de los pies han evolucionado para convertirse zuecos en todas las patas para que puedan escapar de los depredadores con mayor facilidad.
Solo más tarde aparecieron las mandíbulas, y evolucionaron hacia las especies de Equuscuyo nombre deriva la palabra caballo, y de donde proviene toda la familia de caballos.
Emigración a Asia
Debido a las malas condiciones climáticas, Equus salió de América del Norte para Eurasia. Aquí es donde los científicos encontraron el rastro de este caballo salvaje ahora extinto que es el antepasado de nuestros caballos domésticos.
Los científicos creen que el Pleistoceno, Hace 2 millones de años, es el período durante el cual el caballo como los conocemos hoy apareció. Esta emigración causó la extinción de los caballos en América, pero los colonos españoles exportaron algunos especímenes para repoblar el territorio.
Si una civilización le ha dado una importancia particular a los caballos, de hecho es la civilización romana. De hecho, trabajaron en la cría y domesticación de este magnífico animal, y también lo usaron como una bestia de carga para su trabajo.
Las diferentes civilizaciones que invadieron la Península Ibérica, especialmente los árabes, logró crear su propia cría, para que sea una industria real.
Caballos en las noticias
Hoy en día, el caballo se ha convertido en un animal muy apreciado. Desde su domesticación, se le han otorgado diversos usos, especialmente el de los medios de transporte y el de campo. Hoy esto ha cambiado, y el los caballos se usan en diferentes deportes y se presentan en ferias.
Un ejemplo obvio es la domesticación clásica para carreras de caballos, corridas de toros a caballo, para carreras de obstáculos o baladas. También se ha demostrado que terapia con caballos puede ayudar a muchas personas con discapacidades.